Tripofobia: qué es y cómo tratarla

hace 2 años

tripofobia

La tripofobia es un trastorno que afecta a un pequeño porcentaje de la población. Se trata de una aversión extrema a patrones visuales repetitivos, como los agujeros pequeños. Los síntomas pueden incluir ansiedad, náuseas y otros síntomas físicos. Aunque no se considera una enfermedad mental, puede afectar seriamente la calidad de vida de quienes la padecen. A continuación, presentamos los síntomas, las causas, los tratamientos y las posibles explicaciones evolutivas de la tripofobia.

Índice de contenido

¿Qué es la tripofobia?

La tripofobia es un trastorno que se caracteriza por una fuerte aversión hacia patrones visuales repetitivos, especialmente agujeros pequeños y rectángulos muy pequeños. Estos patrones pueden provocar una amplia variedad de síntomas físicos, desde cosquilleos hasta náuseas, y pueden afectar seriamente la calidad de vida de quienes lo padecen. La tripofobia es una condición que afecta a un 16% de la población, aunque no se considera un trastorno mental.

Definición de la tripofobia

La tripofobia se define como una fobia o repulsión hacia la observación de figuras geométricas muy juntas, especialmente hoyos pequeños y rectángulos muy pequeños. Estos patrones pueden aparecer en una amplia variedad de objetos, desde plantas hasta tejidos de ropa, y pueden causar una fuerte respuesta emocional en quienes lo padecen.

¿Qué son los síntomas de la tripofobia?

Los síntomas de la tripofobia pueden variar significativamente de una persona a otra, pero pueden incluir niveles de ansiedad muy intensos, taquicardias, palpitación, tensión y el deseo de marcharse. Además, muchas personas que sufren de tripofobia experimentan sensaciones físicas desagradables como cosquilleos, sudoración, náuseas e incluso vómitos. En casos extremos, la tripofobia puede provocar ataques de pánico o síntomas similares a los de la ansiedad.

¿Cuáles son las posibles causas de la tripofobia?

Aunque la tripofobia es un trastorno relativamente poco conocido, existen varias teorías sobre sus posibles causas. Se ha sugerido que la fobia podría tener una explicación evolutiva, ya que estos patrones visuales comparten rasgos visuales con los animales venenosos que deben ser evitados para sobrevivir.

Además, se cree que la tripofobia puede ser una fobia adquirida a través de la viralidad de estas imágenes en internet y redes sociales. Por último, la psicóloga Vanesa Fernández sugiere que esta fobia puede estar relacionada con los miedos incubados que presentan un carácter evolutivo. Aunque a día de hoy no existe una respuesta clara a la causa de la tripofobia, existen tratamientos efectivos para ayudar a quienes lo padecen.

Tratamiento de la tripofobia

Las personas que sufren de tripofobia pueden encontrar el tratamiento para superarla. La elección de un tratamiento dependerá del paciente y del consejo del especialista que lo atienda, teniendo en cuenta la gravedad de los síntomas. Se dispone de diferentes opciones de tratamiento.

¿Cómo se puede tratar la tripofobia?

La tripofobia se trata con diferentes terapias. La terapia cognitivo-conductual (TCC) es una terapia eficaz para la tripofobia.

La terapia cognitivo-conductual es un enfoque psicológico que se centra en la forma en que los pensamientos y las conductas afectan nuestras emociones y sentimientos.

En la terapia cognitivo-conductual, el especialista trabajará con el paciente para identificar los pensamientos y conductas que pueden estar relacionados con la fobia. Luego, el especialista enseñará al paciente cómo modificar estas cogniciones y comportamientos para reducir los síntomas de la tripofobia.

Además, la desensibilización sistemática es un método que se ha demostrado muy útil en el tratamiento de la tripofobia. Consiste en un entrenamiento gradual para acostumbrar al paciente a la exposición gradual a los estímulos que les causan miedo o ansiedad. Este entrenamiento puede ser llevado a cabo en el hogar del paciente o en un ambiente controlado.

¿Qué tratamientos son más efectivos para la tripofobia?

Los tratamientos más efectivos para la tripofobia son la terapia cognitivo-conductual y la desensibilización sistemática. Ambos tratamientos han demostrado ser eficaces y bien tolerados por los pacientes. Además, estos tratamientos tienen resultados a largo plazo, lo que permite a los pacientes superar la fobia de manera sostenible.

Los tratamientos medicamentosos pueden ser otra opción para el tratamiento de la tripofobia. Los pacientes pueden ser recetados con medicamentos para reducir la ansiedad o la depresión. También se ha utilizado la hipnosis como terapia para tratar la tripofobia. Sin embargo, las investigaciones sobre la eficacia de estos tratamientos están aún en una fase temprana y se necesitan más estudios para evaluar su efectividad.

Es importante recordar que la mejor opción para cada paciente dependerá de sus síntomas y de la gravedad de su fobia. Es fundamental que los pacientes busquen atención médica y terapéutica para tener una solución efectiva a sus necesidades.

Posibles imágenes que pueden causar tripofobia

La tripofobia es una fobia o aversión hacia patrones visuales repetitivos como pequeños agujeros, rectángulos pequeños y otros patrones geométricos. Si bien su origen aún no está claro, algunos expertos sugieren que esta fobia podría estar relacionada con los miedos incubados que presentan un carácter evolutivo. A continuación, se describen algunos de los patrones visuales que podrían causar tripofobia:

Imágenes de pequeños agujeros

Las imágenes que presentan pequeños agujeros muy juntos pueden provocar aversión y náuseas en algunas personas que padecen tripofobia. Algunos ejemplos de imágenes con pequeños agujeros que pueden provocar esta reacción fóbica son las esponjas, los alojados en la piel o la miel. 

Patrón repetitivo de objetos

Los patrones repetitivos de objetos, como la textura de una colmena, pueden provocar aversión en personas con tripofobia. La agrupación de elementos pequeños y simétricos puede ser especialmente perturbadora para las personas que padecen esta fobia. 

Imágenes de piel de animales venenosos

Cuando se trata de patrones naturales como la piel de serpientes, arañas o ciertos anfibios, las personas que padecen tripofobia pueden experimentar niveles extremos de ansiedad. La piel de estos animales presenta un patrón repetitivo de pequeñas escamas o bultos, y se cree que estos patrones pueden ser percibidos por algunas personas como señales de peligro. 

Imágenes de grupos de agujeros juntos

Las imágenes con grupos de agujeros muy juntos pueden ser especialmente perturbadoras para las personas con tripofobia. Por ejemplo, las imágenes de cúmulos de burbujas pueden provocar reacciones físicas como sudoración, náuseas y ansiedad extrema. Algunas personas incluso pueden experimentar ataques de pánico al ver estas imágenes. 

Tripofobia vs. trastornos mentales similares

Diferencias entre tripofobia, dermatopatofobia y trastorno obsesivo-compulsivo (TOC)

La tripofobia, la dermatopatofobia y el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) son términos que a menudo se confunden, pero son afecciones muy diferentes que requieren tratamientos específicos. Mientras que la tripofobia se refiere específicamente al miedo a los patrones visuales repetitivos, como los agujeros, la dermatopatofobia es el miedo excesivo a las enfermedades de la piel y el TOC es un trastorno mental que implica pensamientos obsesivos y comportamientos repetitivos.

Tripofobia

Los individuos con tripofobia experimentan reacciones físicas negativas, como náuseas, sudoración y ansiedad, al exponerse a patrones de agujeros pequeños y repetidos. Estos síntomas no se desencadenan por pensamientos obsesivos y no tienen relación con una enfermedad de la piel. La tripofobia no se considera una enfermedad mental, pero puede interferir en la calidad de vida.

Dermatopatofobia

En contraste, la dermatopatofobia implica un miedo excesivo a las enfermedades de la piel, como el acné, la psoriasis o el cáncer de piel. Las personas con dermatopatofobia pueden pasar horas examinando su piel o la de los demás y evitan situaciones que puedan provocar su miedo, como la exposición al sol o al agua. Esta fobia puede interferir significativamente en las actividades cotidianas.

Trastorno obsesivo-compulsivo (TOC)

El trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) es un trastorno mental que se caracteriza por pensamientos repetitivos y maladaptativos que provocan una ansiedad intensa, y por comportamientos repetitivos que se realizan para aliviar esa ansiedad. El TOC puede afectar a cualquier persona, y al igual que la tripofobia, no tiene relación directa con una enfermedad de la piel.

¿En qué se diferencia la tripofobia de otros tipos de fobias?

La tripofobia se diferencia de otras fobias por su enfoque específico en patrones visuales repetitivos en lugar de en eventos o situaciones. A menudo, la tripofobia se origina por una experiencia negativa con patrones similares, aunque también puede ser hereditaria. La tripofobia tiene una tasa de prevalencia relativamente baja en comparación con otras fobias.

Posibles explicaciones evolutivas de la tripofobia

Existe una creencia popular de que la tripofobia podría ser un rasgo evolutivo adquirido. Se ha sugerido que los patrones que provocan la tripofobia, como los agujeros pequeños, podrían estar relacionados con los patrones que se encuentran en la piel de los animales venenosos. En la historia evolutiva de la humanidad, aquellos que evitaban a los animales peligrosos tenían una mayor probabilidad de sobrevivir y reproducirse. Por lo tanto, la tripofobia podría ser una adaptación evolutiva que ayuda a las personas a evitar posibles peligros.

¿Podría la tripofobia ser una adaptación evolutiva?

Según algunos estudios, la tripofobia podría ser una respuesta evolutiva que ayuda a las personas a identificar y evitar animales peligrosos. Es decir, podríamos estar programados para sentir repulsión hacia patrones similares a los que presentan animales venenosos para evitar ser atacados o acabar envenenados. Un estudio publicado en Journal of Psychological Science encontró que las personas que informaron de altos niveles de tripofobia eran más rápidas en identificar imágenes de serpientes y arañas entre otras imágenes no relacionadas. Esto tendría sentido si consideramos que el exceso de pequeños agujeros puede estar relacionado con la piel de algunos animales venenosos.

¿Cómo se relaciona la tripofobia con los animales venenosos?

La relación entre la tripofobia y los animales venenosos podría tener su origen en la evolución. Algunos investigadores sugieren que los patrones repetitivos que algunos animales presentan en su piel podrían ser una señal visual para que otros animales se mantengan alejados. En el caso de los humanos, estos patrones se han desarrollado para detectar de manera rápida y eficiente la presencia de un animal peligroso. Además, estos patrones de pequeños agujeros pueden estar asociados con la piel de los animales venenosos, lo que podría explicar la repulsión que las personas que padecen tripofobia sienten hacia los agujeros. Esta teoría aún debe ser comprobada con más estudios y experimentos.

Opiniones de expertos (Geoff Cole y Arnold Wilkins)

Dos expertos en la investigación de la tripofobia, Geoff Cole y Arnold Wilkins, proponen una explicación evolutiva diferente. Según su teoría, la tripofobia podría tener su origen en la piel de algunos animales que dieron lugar a una respuesta emocional que se ha transmitido en la evolución humana. Según ellos, la piel de ciertos animales provoca una respuesta emocional que se asocia con el peligro, como la piel de la serpiente o la del octópodo anillado. Dichos patrones repetitivos podrían activar respuestas emocionales directas, que no están relacionadas con la cognición, en el cerebro de los humanos y provocar las sensaciones de ansiedad y repulsión que los pacientes con tripofobia experimentan frente a los agujeros y los patrones repetitivos.

Terapia cognitivo-conductual como tratamiento

La terapia cognitivo-conductual (TCC) es un tratamiento psicológico que se ha demostrado efectivo para tratar la tripofobia. Esta técnica terapéutica se enfoca en alterar los patrones de pensamiento y comportamiento de la persona afectada por la fobia para modificar las reacciones negativas ante los pensamientos y situaciones que desencadenan la ansiedad en el paciente.

¿En qué consiste la terapia cognitivo-conductual?

La TCC se basa en la idea de que los pensamientos, las emociones y los comportamientos están estrechamente relacionados. Por tanto, si se consigue modificar las ideas erróneas que tiene el paciente respecto a las situaciones que desencadenan su ansiedad, se puede lograr un cambio en su comportamiento hacia ellas.

El tratamiento suele consistir en una serie de sesiones con un terapeuta de TCC. Durante estas sesiones, se trabaja en identificar los pensamientos y patrones de comportamiento negativos que conducen la reacción de ansiedad. El terapeuta se enfoca en desarrollar herramientas y estrategias para que el paciente pueda canalizar su ansiedad y sea capaz de controlarla cuando aparece. A menudo, el terapeuta utilizará técnicas de exposición gradual a la fobia, de modo que el paciente se vaya familiarizando con la situación temida y aprenda a controlar su ansiedad y miedo irracional.

¿Cómo puede ayudar la terapia cognitivo-conductual a quienes sufren de tripofobia?

La TCC se ha demostrado efectiva para tratar la tripofobia, ya que aborda directamente los pensamientos y patrones de comportamiento negativos que conducen a la ansiedad. Los pacientes aprenden a cambiar sus patrones de pensamiento negativos y a reconocer los desencadenantes de su reacción de ansiedad, lo que les permite desarrollar las habilidades necesarias para manejar su fobia.

La TCC ayuda a las personas a reducir su nivel de ansiedad y les da herramientas para controlar los síntomas de la tripofobia cuando se presentan. Al reducir el nivel de ansiedad, se disminuye la frecuencia e intensidad de las reacciones de pánico y miedo ante situaciones o pensamientos relacionados con la fobia.

  • La TCC ayuda a identificar y cambiar los pensamientos negativos que conducen a la ansiedad y el miedo.
  • Desarrolla habilidades para enfrentar las situaciones temidas y manejar los síntomas de la fobia.
  • Reduce la frecuencia e intensidad de las reacciones de pánico y miedo ante situaciones o pensamientos relacionados con la tripofobia.
  • Se enfoca en la posible influencia evolutiva de la tripofobia, haciendo hincapié en que las reacciones de ansiedad que experimenta el paciente no son anormales o incomprensibles, sino que pueden tener una explicación evolutiva.

Casos extremos de tripofobia

La tripofobia puede generar una variedad de síntomas extremos y provocar ansiedad intensa. Algunos pacientes pueden experimentar los efectos físicos de las fobias, incluyendo mareos, convulsiones y náuseas. A continuación, se describen algunos de los síntomas más comunes de la tripofobia:

¿Cuáles son los síntomas de ansiedad más extremos que pueden experimentar las personas con tripofobia?

  • Niveles extremos de ansiedad: La tripofobia puede causar miedo y pánico extremos en algunas personas. Los pacientes pueden sentir que están perdiendo el control o que van a morir.
  • Palpitaciones: También puede provocar palpitaciones o latidos rápidos y fuertes del corazón, que suelen ser un síntoma de ansiedad.
  • Respiración acelerada: La respiración acelerada es otro síntoma común de la tripofobia. Puede dificultar la respiración normal y aumentar el ritmo cardíaco.
  • Dolor de estómago: Muchas personas con tripofobia también sienten dolor de estómago, náuseas y vómitos.
  • Dolores de cabeza: La exposición a patrones visuales repetitivos puede causar dolores de cabeza recurrentes en algunos pacientes.

¿Cómo puede el miedo a los agujeros pequeños afectar la vida diaria de quienes lo padecen?

La tripofobia no sólo puede tener efectos físicos, sino que también puede afectar seriamente la calidad de vida de las personas que la sufren. Algunos de los efectos negativos de la tripofobia en la vida diaria incluyen:

  • Evitar situaciones cotidianas: La tripofobia puede provocar miedo y ansiedad, lo que lleva a algunos pacientes a evitar situaciones cotidianas como cortar frutas o comprar una esponja.
  • Dificultades sociales: La tripofobia también puede hacer que la persona tenga dificultades para socializar y relacionarse con los demás.
  • Problemas en el trabajo o en la escuela: La tripofobia puede afectar la productividad y el rendimiento escolar, especialmente si las tareas diarias implican la exposición a patrones visuales repetitivos.
  • Dificultades para la vida diaria: La tripofobia puede afectar la calidad de vida diaria, generando problemas para comer, dormir o hacer ejercicio, entre otros.
  • Depresión y problemas emocionales: Las personas con tripofobia pueden desarrollar problemas emocionales como la depresión, la ansiedad y otros trastornos similares.
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